martes, 10 de abril de 2012

[L4/2012]. Momo (Michael Ende)

Momo, o la extraña historia de los ladrones de tiempo y de la niña que devolvió el tiempo a los hombres, es una novela escrita por Michael Ende, publicada en 1973.


Existe una cosa muy misteriosa, pero muy cotidiana. Todo el mundo participa de ella, todo el mundo la conoce, pero muy pocos se paran a pensar en ella. Casi todos se limitan a tomarla como viene, sin hacer preguntas. Esta cosa es el tiempo*

No sé cuándo fue la primera vez que oí hablar de Momo, pero quizá el recuerdo que tengo más presente es cuando Sam Soon (dorama "My name is Kim Sam Soon), habla con la sobrina de Hyun Bin y le dice que ella es como Momo, porque a Momo le encanta escuchar a sus amigos. Luego cuando esta niñita, de la que no recuerdo el nombre, comienza a imaginarse toda la historia de Momo. En su tiempo creí que esa escena estaba de más, pero ahora pienso volver a verla para recordar bien lo que allí se relata.


Lo vi en una feria del libro pero mi presupuesto me limitó a no comprarlo. Hace ya varios meses conseguí la película. Dos o tres veces fueron mis intentos por verla y acabarla pero nunca lo logré; me parece algo aburrida. Hace unos meses conseguí el libro y apenas terminé de leerlo y pues me ha gustado (al parecer las versiones en filme de diversos libros siempre dejan mucho que desear).

Por un momento me sentí como en la narración del principito, pues si bien podría considerarse una historia juvenil, ambas, tanto Momo como El Principito resaltan mensajes trascedentes para cualquier ser humano y que a veces por el ajetreo de la vida misma fácilmente pasan desapercibidos. Yo creo que se puede considerar un clásico desde ya, aunque eso solo el tiempo lo dirá.

El elemento principal es el tiempo, los hombres del traje gris tratan de hacerles ver a los seres huamnos que es importantísimo el ahorro del tiempo y que es necesario no desperdiciarlo en nimiedades (que para ellos es pasar el tiempo con los amigos, contemplar los pequeños detalles de la vida, etc), porque su premisa es que el tiempo ahorrado vale el doble. Pero el tiempo no se ahorra, y uno lo aprovecha como cree mejor. Lo importante es no dejarse atrapar por la rutina y no saber en qué se ha empleado el tiempo. La excusa común de "no tener tiempo" es, a todas luces, falsa, porque uno tiene tiempo para lo que realmente le interesa, eso lo he comprobado con creces. Utilizar el tiempo como nos convenga creo que es la moraleja de esta historia.

-Eso da otros cincuenta y cinco millones ciento ochenta y ocho mil, que pierde. Sabemos, además, que va una vez a la semana al cine, que una vez a la semana canta en un orfeón, que tiene un grupo de amigos, con los que se reúne dos veces por semana y que a veces incluso lee un libro. En resumen, que mata usted el tiempo con actividades inútiles, y eso durante unas tres horas diarias, lo que da ciento sesenta y cinco millones quinientos sesenta y cuatro mil...*


Si lo veo desde el punto de vista del niño, del puberto... del joven lector es una novela rica ergo enriquecedora, con muchas enseñanzas y con una historia que logra que cualquiera quede prendido de ella casi casi al instante. Pero si se contempla por un adulto como yo, nos hace entrar en razón o en el mejor de los casos será una especie de recordatorio, de alerta, sólo para constatar que todo está en orden y que no hemos caído en el poder de los hombres que visten de gris, que no estamos a merced de ellos y que no hemos dejado que ahorren nuestro tiempo. Es difícil afirmar que no es así porque siempre estamos a expensas del otro y también nosotros consumismo el tiempo de los demás, a veces en vano y a veces sin querer. Pero mientras quede tiempo de charlar con los amigos, de contemplar un bello atardecer, puede que siga viva la esperanza...

[...] Por que cada hombre tiene su propio tiempo. y solo mientras siga siendo suyo se mantiene vivo*

Creo que ya me puse medio dramática, pero, ¿qué acaso el sistema actual en el que vivimos no se enfoca a eso, a hacer las cosas que supuestamente son reconocidas como importantes y trascendentes y dejar a un lado las cosas sin sentido? Y de fondo la enseñanza es grande o en mi caso, que ya estoy vieja, es la fórmula exacta para recordarme y tener presente   que debemos tratar de consumir nuestro tiempo por nosotros solos y no a disposición de otros... utópico, porque cada vez las personas estamos encadenados a merced de los demás que de una u otra forma absorben nuestro valioso tiempo.


Así que ya no podían celebrar fiestas de verdad, ni alegres ni serias. El soñar se consideraba, entre ellas, casi un crimen. Pero lo que más les costaba soportar era el silencio. Porque en el silencio les sobrevenía el miedo, porque intuían lo que en realidad estaba ocurriendo con su vida. Por eso hacían ruido siempre que los amenazaba el silencio. Pero está claro que no se trataba de un ruido divertido, como el que reina allí donde juegan los niños, sino de uno airado y pesimista, que de día en día había más ruidosa la ciudad.
El que a uno le gustara su trabajo y lo hiciera con amor no importaba; al contrario, eso sólo entretenía. Lo único importante era que hiciera el máximo trabajo en el mínimo de tiempo*


Y estos señores con trajes grises y que ahorran el tiempo (las horas, los minutos, los segundos), me hace recordar la canción de Joaquín Sabina (seee, mi maldita necedad de meterlo hasta en la sopa), con su canción de "¿Quién me ha robado el mes de abril? Porque es mi imaginación -o, volvemos a lo mismo-, mi necedad, le encuentro cierta relación cuando dice la canción:


     "...Y cuando, por la calle,
     pasa la vida, como un huracán,
     el hombre del traje gris
     saca un sucio calendario del
     bolsillo y grita
     ¿quién me ha robado el mes de abril?"


Sería interesante saber si de verdad tiene relación con esto. Además, este cuento me recuerda la película "El precio del mañana" que no vi hace mucho. En ella el tiempo es la moneda de intercambio en un futuro y todos luchan por acumularlo ¿deja vú? .


Iba a poner más extractos que me parecieron importantes, pero espero que estos les hayan llamado la atención y se animen a leer Momo.Y claro, no es necesario decirlo, algún día espero leer a Momo en su idioma original es decir, en deutsch!:

Zeit ist kostbar - verliere sie nicht!
Zeit ist (wie) Geld - darum spare! 


...supongo que será muy divertido :)
zweimilliardenzweihundertsiebenmillionenfünfhundertzwanzigtausend Sekunden 


Acá Sam Soon platicando con su hermana sobre su tienda de pasteles que curiosamente le quería poner "Momo".




Después de observar algunas de las pinturas de Edgar Ende (algunas de las cuales me dan miedo pero no puedo dejar de verlas) uno puede comprender un poco el por qué de las obras fantasiosas de su hijo, Michael Ende (las imágenes fueron extraídas de su sitio oficial) :




Curioso que me acabo de enterar que el escritor es también el creador de la llamada "Historia sin fin" (Die Unendliche Geschichte), cuya adaptación a la pantalla grande simplemente no me agrada, no sé por qué. A ver si me animo a comprar el libro.

P.D. No sé si cambiarle el nombre a mi tortuga por el de Casiopea, aunque la mía no revele ningún tipo de mensaje en su caparazón :S

[*extracto de Momo, Ediciones Alfaguara, 1989, p. 41, 65, 72, 146]

2 comentarios:

  1. He encontrado tu blog y ésta me pareció una entrada interesante. Me recomendaron Momo pero aún no lo leo, trataba de darme ánimos, me gustan las obras de Edgar Ende, fantástico como pudo impulsar la imaginación de su hijo... creo que después de todo lo haré y leeré ese libro.
    Por cierto, me vi My name is Kim Sam Soon y no me acordaba de esa escena! lol, es un gran k-drama y creo que debí colocar más atención. Los k-dramas no son tan superficiales después de todo. Gracias por eso también ^^

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    1. Hey muchas gracias por tu comentario. Y claro, no pierdas la oportunidad de leer Momo, es corto así que se lee rápido y en lo personal me dio para pensar en varias cosas. Además, es cierto, no todos los k-draamas son tan superficiales y uno aprende de la cultura. Saludos a la hermana República de Chile. Algún día los visitaré (bueno, soñar no cuesta nada) :)

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